Hoy me he sentido profundamente herida en dos ocasiones. Aquí van:
- He estado visitando templos en la ciudad de Chiang Mai, he ido a uno en el que nohe podido entrar por ser mujer, un gran cartel “Prohibida la entrada a mujeres”decoraba las escaleras.
- Heido a una comunidad budista a una charla que semalmente algunos monjes hacencon los turistas, al terminar, hemos ido a saludar a uno de los monjes. Él leha dado la mano a Robert y por supuesto yo también le he puesto la mano, alinstante él ha retirado la suya y se la ha puesto detrás de la espalda.
Foto de Garycycles |
Claro, es culpamía por no recordar que los monjes no me pueden tocar. Claro, es culpa mía porser mujer, tentadora y sucia, por esto no puedo entrar en sus templos.
Les he preguntadoa los monjes si era normal no dejar entrar a las mujeres en algunos templos yla respuesta ha sido “Yo nunca he estado en ese templo”. Durante la charla, una chica ha preguntado sia ojos del budismo, mujeres y hombres son iguales, la respuesta ha sido “Síporqué todos pueden conseguir la iluminación”. Cuanta hipocresía! Cuantas ganas de gustar! Quésociedad tan retrasada!
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